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Un Fruto de la Pascua es la Caridad.
Identidad

Un Fruto de la Pascua es la Caridad.

Alguna vez te has hecho la pregunta ¿cuál es mi fruto en este tiempo de Pascua?, es algo absurdo verdad, pero muy cierto, usando una analogía me atrevo a decir que la mayoría se cree una deliciosa toronja, otro puede decir yo soy una mandarina, otro tal vez diga yo soy una fresa, pero lo más significativo de un fruto, es que alimenta, y ayuda a los demás. Sin embargo cuando habló sobre el fruto de la pascua uno que es muy importante es el de la caridad y esto lo digo porque una vez que hemos tenido un encuentro con el resucitado es para que nosotros seamos capaces de AMAR y DAR sin esperar NADA a cambio.

 

Hoy me atrevo a decir como dice un salmo: El Señor es compasivo y misericordiosode esta manera quiero responder a la realidad que vivimos día a día, como lo es la indiferencia, el egoísmo, la vanidad, hoy sin duda alguna percibimos la manera en que Dios llama y lo hace por medio de cosas insignificantes cosas que nos rodean por ejemplo con Moisés es por medio de la Zarza ardiendo y ¿contigo hermano como te llama el Señor?, date esa oportunidad y reflexiona esta pregunta que me hago y te hago, pero volviendo al llamado de Moisés al estar en ese lugar el Señor lo manda quitarse las sandalias pues el lugar que pisa es sagrado; hoy nos invita a que nos quitemos lo que nos estorba para estar delante de su presencia y eso que nos impide a veces estar ante el Señor es: Egoísmo, soberbia, Egocentrismo, ceguera espiritual, eso hay que quitarnos en la presencia de Dios y no sólo cuando estamos en el templo sino a cada momento.

 

Por eso a la luz del Evangelio de san Juan veamos, como el Señor se manifiesta a los discípulos, y el mensaje principal es: “La paz con ustedes”, una paz que tanto necesitamos nosotros y que la hemos ido perdiendo por nuestra indiferencia, por nuestra frialdad, porque al igual que Tomas (apodado el Gemelo” necesitamos ver para poder creer en la presencia real del Señor Jesús en medio de nosotros.

 

Hoy por hoy el Señor se nos sigue apareciendo dándonos su paz, y nosotros no tenemos tiempo para: ESCUCHARLO, VERLO, SENTIRLO, y MUCHO MENOS BUSCARLO. Sin duda alguna nos falta mucho para ser como las primeras comunidades cristianas, que todo lo tenemos en común, y les digo porque, y seamos realistas, no queramos tapar el sol con un dedo, porque no hemos sabido dar frutos de caridad, nos gana la soberbia, el orgullo, las envidias, los celos, y eso nos hace como Tomas nos pone en esa postura hasta que no vea las señales de los clavos no creeré.

Querido hermano y hermana BASTA YA de pedir ver para creer, NO HAY PEOR CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER, hoy te invito a que mires la IGLESIA y veas lo que está sufriendo, contempla al Señor en el pobre, en el que está solo, en el que sufre, el enfermo, el preso, el calumniado, el difamado, que esta PASCUA DEL SEÑOR no sea un recordar un hecho SINO es un ACONTECIMIENTO que debe ser ENCARNADO en cada uno de nosotros. Hoy hasta el mismo Papa Francisco por medio de su Exhortación Apostólica Gaudate et Exsultate (Llamados a la Santidad en el mundo actual), y también recordando los que fueron aplastados por la torre de Siloé, hoy te pregunto ¿qué tipo de torre nos aplastará en estos tiempos? Te digo cuales: la de la indiferencia, la de la soberbia, la del querer ser más que los demás no importa si está de por medio la dignidad de los demás, de ahí que el mismo Señor Jesús nos da una oportunidad cada dia, pese a tanto tiempo no hemos dado fruto y sabes por qué, porque el con su sangre en la cruz ha saldado esa deuda nuestra que es el PECADO, de ahí que el Papa Francisco nos invite a ser santos, desde nuestro estado de vida, LAICO, MATRIMONIO, VIDA RELIGIOSA, CLERIGO, con el testimonio y siempre llevando a los demás al encuentro con el Señor.

 

En la actualidad cada uno de nosotros representamos la higuera esa de la que el Señor hace alusión en una parábola,  pues nos hace recordar que con nuestra frialdad no somos capaces de producir fruto, no somos capaces de querer cambiar y siempre nuestros pretextos son: “para que, si me dejo me perjudican”, “abusan de mí siempre”, “no me respetan”; a ti querido hermano y hermana es momento de remover la tierra que tenemos en nuestro corazón, de regarla y abonarla con la Palabra de Dios, para así dar frutos en la caridad y juntos crear la civilización del amor (como decía el Papa Beato Pablo VI) es decir transformar la sociedad y ser más humanos y más hermanos.

 

Recuerda y no lo olvides: Dios se manifiesta en lo sencillo, con Moisés en la zarza y hoy con nosotros con su RESURRECCIÓN, de veras te invito a que te conviertas en instrumento de la gracia de Dios y que así nosotros podamos sentir el llamado del Señor que nos dice: Vayan y díganle a sus hermanos, la misericordia del Señor es eterna, ALELUYA.

 

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