Hace algún tiempo que participo en los foros de Catholic.net, especialmente en el de Diálogo Ecuménico e Interreligioso.
Es una experiencia riquísima en amor y en contenidos, que lleva a los participantes a recorrer de forma divinamente espontánea, comprometida y creativa, a recorrer la historia de la salvación del hombre, y las verdades de nuestra Iglesia Santa, Católica y Apostólica.
Pero el reto no es solamente el estudio y la investigación que supone esta experiencia, sino encontrar la forma de comunicar el Evangelio, la Palabra, el amor mismo, con la caridad perfecta con la que lo haría Jesús. El meollo de todo esto es ser capaces de presentar a Cristo, a través de Cristo, manteniendo siempre un diálogo respetuoso y certero con nuestros hermanos protestantes o de alguna otra religión.
Quiero compartir con ustedes una de tantas experiencias en las que he salido beneficiado y favorecido merced al Espíritu Santo. Hacia finales de agosto de hace unos pocos años que acaba de pasar, una de las participantes protestantes lanzó textualmente esta pregunta:
¿Porque no se usa la Biblia en la Misa si es la palabra de Dios?
¿Por qué la iglesia católica no escudriña la Biblia con todos sus miembros, si la misma Biblia dice que es buena para corregir y enseñar? También en la Biblia se da ejemplo de que los que aprendían de la palabra de Dios escudriñaban la palabra, para saber si lo que les decían era cierto.
Según la autora de esa declaración, en la Misa no se utilizaba Biblia, y la Iglesia no la “escudriñaba” para enseñar ni para corregir.
Las respuestas católicas no se hicieron esperar, todas focalizadas en la Liturgia de la Palabra.
Se le hizo ver, que durante la Santa Misa, hay una parte llamada “Liturgia de la Palabra”, donde se lee la Escritura, y cuyo sentido el sacerdote explica en la homilía como fuente principal de su predicación. Hay otra parte, la liturgia del sacrificio y una tercera, la comunión. Sorprende, en efecto que esta estructura coincida admirablemente con cuanto enseña Ap 5,1-8. La liturgia de la palabra entroncaría así con los vv 1-5.7; la liturgia del sacrificio, con el v 6; y la comunión, con el v 8.
Si bien las respuestas eran completamente válidas, una inquietud nació en mí.
La Encíclica “Mediator Dei” de su santidad Pío XII, dice que la liturgia es el mismo culto divino: El culto público íntegro del cuerpo místico de Jesucristo, de su cabeza y de sus miembros. Es la Santa Misa. También la Sacrosanctum Concilium dice explícitamente en el No. 24: “En la celebración litúrgica la importancia de la Sagrada Escritura es sumamente grande. Pues de ella se toman las lecturas que luego se explican en la homilía, y los salmos que se cantan, las preces, oraciones e himnos litúrgicos están penetrados de su espíritu y de ella reciben su significado las acciones y los signos. Por tanto, para procurar la reforma, el progreso y la adaptación de la sagrada Liturgia, hay que fomentar aquel amor suave y vivo hacia la Sagrada Escritura que atestigua la venerable tradición de los ritos, tanto orientales como occidentales”.
El Catecismo de la Iglesia Católica declara que “La Liturgia es obra de la Santísima Trinidad”. (Segunda Parte, Primera Sección, Capítulo Primero, artículo 1)
Si la Sagrada Misa es obra del mismo Dios Trino y Uno…¿Se manifiesta la Sagrada Escritura solamente en una parte de ella o en su totalidad? Me parecía poco probable que la Santísima Trinidad redujera el uso de la Escritura solo a un momento de la Misa.
Empecé a analizar la ceremonia de la Misa ¡y me llevé una sorpresa gozosa e inmensa!
Todas y cada una de las partes de la Misa tienen su fundamento en la Escritura, como ya se había constatado a la luz del testimonio del Apocalipsis en la división tripartita con que se presenta la liturgia celeste. Desde su inicio hasta el final, el Espíritu Santo la empapó de textos de los Libros Santos a la Liturgia.
Por lo cual, podemos afirmar que la Iglesia adora y alaba a Dios usando la Biblia en toda la Misa.
El decir que la Iglesia no utiliza la Biblia en la Misa es –dicho sea de paso con todo respeto- una afirmación que no se ha verificado.
Veamos cómo la Iglesia, hace uso de la Escritura, para adorar a Dios en el culto de la Misa:
Inicio el análisis:
Se inicia la Santa Misa con una invocación a la Santísima Trinidad, ¡Utilizando la Biblia!
Invocación a la Santísima Trinidad
– En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo :
Mateo 28, 19: …bautizándolos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
– Amén :
Apocalipsis 3, 14: Así habla el Amén, el Testigo fiel y veraz, el Principio de la creación de Dios. Isaías 65, 16: tal que, quien desee ser bendecido en la tierra, deseará serlo en el Dios del Amén, y quien jurare en la tierra, jurará en el Dios del Amén
El presbítero se dirige a la asamblea de fieles:
Saludo del celebrante
-Que el Señor esté con vosotros :
Filipenses 1, 2: La gracia y la paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Esté con vosotros.
– La gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo esté con vosotros :
2 Corintios 13, 14: La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros.
Es necesario acercarse a Dios con “un corazón puro” para alabarle y glorificarle. Por eso, como Pedro (Lucas 5, 8), nos declaramos pecadores ante la Divina Majestad:
Confiteur (“Yo confieso”)
La compunción del corazón es otra de las buenas disposiciones para celebrar o asistir a la Santa Misa. Hacemos una confesión pública a Dios, iniciando con las palabras:
“Yo confieso ante Dios Todopoderoso” :
Salmo 32, : Mi pecado te reconocí, y no te oculté mi culpa; dije: «Confesaré a Yahvé de mis rebeldías.» Y tú absolviste mi culpa, perdonaste mi pecado.
Invocamos con humildad la misericordia de Dios, como nos enseña Jesús en la parábola del fariseo y el publicano (Lucas 18, 9-14)
Kyrie (“Señor ten piedad”)
Son tres invocaciones, en lengua griega, para implorar el perdón y la asistencia de Dios, Padre y de Cristo. Kyrie significa «Señor»; eléison, «ten piedad». La primera y la tercera se dirigen al Padre y la segunda a Cristo.
Señor ten piedad.
Cristo Ten piedad
Señor ten piedad
Salmo 6, 3: Ten piedad de mí, Yahvé, que estoy sin fuerzas.
Mateo 9, 27: ¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!
Salmo 51, 3: Ten piedad de mí, oh Dios, según tu amor.)
Los días festivos o domingos, tras haber pedido perdón a Dios, le adoramos y alabamos con una plegaria completamente bíblica:
Gloria
Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombre de buena voluntad :
Lucas 2, 14
Te alabamos. : Hebreos 2, 12: … en medio de la asamblea te alabaré
Te bendecimos. : Salmo 144, 1 : Bendito sea Yahvé, mi Roca
Te adoramos. : Mateo 4, 10 : Díjole entonces Jesús:…“porque está escrito: ‘Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto.”
Te glorificamos. : Salmo 86, 12: Gracias te doy de todo corazón, Señor Dios mío, glorificaré tu nombre por siempre.
1 Pedro, 4, 11: para que Dios sea glorificado en todo por Jesucristo, a quien corresponden la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.)
Te damos gracias por tu grande gloria. : Salmo 92, 1: Bueno es dar gracias a Yahvé y salmodiar a tu nombre, Altísimo.
Señor Dios : Salmo 35, 23: Muévete y despierta para hacerme justicia, Dios mío y Señor mío…
Rey celestial : Salmo 24, 7-8: ¡Puertas, levantad vuestros dinteles, alzaos, portones antiguos, que entre el Rey de la gloria! ¿Quién es ese Rey de gloria? Yahvé, el fuerte, el valiente, Yahvé, valiente en la batalla.
Dios Padre Omnipotente : Génesis 17, 1: Yo soy Dios Todopoderoso, anda en mi presencia y sé perfecto.
Señor, Hijo unigénito Jesucristo : Juan 1, 18: A Dios nadie le ha visto jamás: Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, él lo ha dado a conocer
Cordero de Dios, Tú que quitas el pecado del mundo :
Juan 1, 29: Al día siguiente ve a Jesús venir hacia él y dice: He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Ten piedad de nosotros : Mateo 9, 27: Cuando Jesús se iba de allí, al pasar le siguieron dos ciegos gritando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!»
Recibe nuestra suplica : 2 Crónicas 6, 21: Oye, pues, las súplicas de tu siervo Israel, tu pueblo, cuando oren hacia este lugar.
Porque Tú sólo eres Santo : Levítico 21 , : Le tendrás por santo, porque él es quien presenta el alimento de tu Dios; por tanto será santo para ti, pues SANTO soy yo, Yahvé, el que os santifico.
Solo Tú Señor : Filipenses 2, 11: y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre.
Solo Tú Altísimo, Jesucristo : Apocalipsis 1, 5-6: y de parte de Jesucristo, igual el Testigo fiel, el Primogénito de entre los muertos, el Príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos ha lavado con su sangre de nuestros pecados y ha hecho de nosotros un Reino de Sacerdotes para su Dios y Padre, a él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Marcos 5, 7: y gritó con gran voz: «¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo?…
Con el Espíritu Santo en la gloria de Dios : Juan 15, 5: Ahora, Padre, glorifícame tú
Padre : junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese.
1 Pedro, 4, 11: para que Dios sea glorificado en todo por Jesucristo, a quien corresponden la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén
Amé : Apocalipsis 3, 14: Así habla el Amén, el Testigo fiel y veraz, el Principio de la creación de Dios).
Isaías 65, 16: tal que, quien desee ser bendecido en la tierra, deseará serlo en el Dios del Amén, y quien jurare en la tierra, jurará en el Dios del Amén
La Misa está llena de oraciones que se dirigen a Dios Padre….y todas terminan cumpliendo una enseñanza bíblica:
Oraciones de la Santa Misa (“Oremos”)
Todas las oraciones que se dirigen a Dios en la Misa, terminan de la siguiente forma: “Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén” :
Juan 16, 23: En verdad, en verdad os digo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dará…
Liturgia de la Palabra
Hasta ahora, el celebrante y el pueblo fiel no han hecho otra cosa en la Misa que orar y cantar, como para preparar los corazones para la gran Acción; en adelante la Iglesia va a dirigirse especialmente al entendimiento, al que va a suministrar el alimento sólido y necesario de la palabra de Dios, proclamada en las lecturas y explicada en la homilía.
En los días ordinarios, la primera lectura está tomada Antiguo Testamento, de los Hechos de los Apóstoles o de las epístolas o del Apocalipsis.
Posteriormente se lee o se canta un Salmo.
En los días festivos y domingos, tras el salmo sigue la segunda Lectura, que es una Epístola de algún Apóstol.
Seguidamente se canta el aleluya (esta palabra aparece unas 26 veces en la Bilia, sea en el AT como en el NT [Salmos 104-106; 111-113; 115-117; 135.146-150Apocalipsis 19,1: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro.
La liturgia de la palabra culmina con la proclamación del Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.
Después de la homilía, todos juntos proclamamos Fe en Nuestro Señor Jesucristo, en el Padre y en el Espíritu Santo…y todo eso, usando la Biblia:
Credo
Creo en un solo Dios : Deuterenomio 6, 4: Escucha, Israel: Yahvé nuestro Dios es el ÚNICO Dios.
Padre : Deuterenomio 32, 6: Así pagáis a Yahvé, pueblo insensato y necio? ¿No es él tu PADRE, el que te creó, el que te hizo y te fundó?
Malaquías 2, 10: ¿No tenemos todos nosotros un mismo PADRE? ¿No nos ha creado el mismo Dios?
Todopoderoso : Génesis 49, 24: pero es roto su arco violentamente y se aflojan los músculos de sus brazos por las manos del PODEROSO de Jacob…
Isaías 1, 24: Por eso – oráculo del Señor Yahvé Sebaot, el PODEROSO de Israel…
Creador del cielo y de la tierra : Génesis 1, 1: En el principio, creó Dios los cielos y la tierra.
De todo lo visible y lo invisible : Colosenses 1, 16: porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él…
Creo en un solo Señor Jesucristo: Juan 3, 16: Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna).
Hijo único de Dios, Nacido del Padre antes de todos los siglos Mateo 16, 16: Tú eres el Cristo, el HIJO de DIOS vivo.
Juan 1, 18: A Dios nadie le ha visto jamás: DIOS UNIGÉNITO, que está en el seno del Padre, él lo ha dado a conocer.
Romanos 10, 9: Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es SEÑOR y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo.
Colosenses 1, 17: Él es antes que todo y todo subsiste en Él.
Dios de Dios : 2 Pedro 1, 1. Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo
Luz de Luz : Juan 1, 9: El Verbo era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.
Dios verdadero de Dios verdadero : Tito 2, 11-13 : Se ha manifestado la gracia salutífera de Dios a todos los hombres…, con la bienaventurada esperanza en la venida gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Cristo Jesús.
Engendrado, no creado: Hebreos 1, 5: En efecto, ¿a qué ángel dijo alguna vez: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy?
Hechos 13,33: Dios la ha cumplido en nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús, como está escrito en los salmos: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy.
De la misma naturaleza del Padre: Hebreos 1, 3: el cual, siendo resplandor de su gloria e impronta de su sustancia…
Colosenses 2, 9: Porque en él reside toda la Plenitud de la Divinidad corporalmente.
Por quien todo fue hecho : Colosenses 1, 16: porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él,
Que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo : Mateo 1, 21: Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados
Y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen : Mateo 1, 20: José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo.
Lc 1,35: Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.
Y se hizo hombre : Juan 1, 14 Y por nuestra causa fue crucificado : Romanos 3, 24-25: todos pecaron y están privados de la gloria de Dios y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús, a quien exhibió Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su justicia, habiendo pasado por alto los pecados cometidos anteriormente.
Hebreos 12, 2: fijos los ojos en Jesús, el que inicia y consuma la fe, el cual, en
lugar del gozo que se le proponía, soportó la cruz sin miedo a la ignominia.
…en tiempos de Poncio Pilatos : Juan 18, 29: Salió pues, Pilato fuera…
Padeció : Hechos 17, : explicándolas y probando que Cristo tenía que padecer…
1 Corintios 15, 3: Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí:
que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras…
Y fue sepultado : 1 Corintios 15, 4: …que fue sepultado Juan 19, 40-42: Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en vendas con los aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar. En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el que nadie todavía había sido depositado. Allí, pues, porque era el día de la Preparación de los judíos y el sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús.
Descendió a los infiernos : Efesios 4, 9-10: ¿Qué quiere decir «subió» sino que también bajó a las regiones inferiores de la tierra? Este que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo.
1 Pedro 3, 19.20: En Él fue también a predicar a los espíritus encarcelados,
en otro tiempo incrédulos…
Y resucitó el tercer día, según las Escrituras : 1 Corintios 15, 4 : …y que resucitó al tercer día, según las Escrituras
Hechos 13, 32-34: También nosotros os anunciamos la Buena Nueva
de que la Promesa hecha a los padres Dios la ha cumplido en nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús… Y que le resucitó de entre los muertos para nunca más volver a la corrupción…
Subió al cielo : Hebreos 9, 24: Pues no penetró Cristo en un santuario hecho por mano de hombre, en una reproducción del verdadero, sino en el mismo cielo, para presentarse ahora ante el acatamiento de Dios en favor nuestro;
Lc 24:51: Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado al cielo.
Y está sentado a la derecha del Padre : Marcos 16, 19: Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios
Hebreos 12, 2: y está sentado a la diestra del trono de Dios.
Y de nuevo vendrá con gloria : Mateo 25, 31: Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria.
Tito 2, 13: aguardando la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo.
Para juzgar a vivos y muerto : Mateo 25, 32: Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor
separa las ovejas de los cabritos.
Juan 5, 28-29: No os extrañéis de esto: llega la hora en que todos los que estén
en los sepulcros oirán su voz y saldrán los que hayan hecho el bien para una resurrección de vida, y los que hayan hecho el mal, para una resurrección de juicio.
Y su reino no tendrá fin: Apocalipsis 22, 5: el Señor Dios los alumbrará y reinarán por los siglos de los siglos… Lc 1,33: y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin
Creo en el Espíritu Santo, Señor : 2 Corintios 3, 18: así es como actúa el Señor, que es Espíritu.
Y dador de vida : Juan 6, 63 : El Espíritu es el que da vida. Job 33, 4: El Espíritu de Dios y la inspiración del Omnipotente me dio vida.
Que procede del Padre : Juan 15, 26: el Espíritu de la verdad, que procede del Padre
Y del Hijo : (Gálatas 4, 6: La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre!
Con el Padre y el Hijo recibe una misma Adoración y gloria : 2 Corintios 13, 13: La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros.
Y habló por los profetas : 2 Pedro 1, 21 : porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios.
Creo en la Iglesia que es una: Mateo 16, 18: Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré MI Iglesia…; Jn 17, 22-23 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado
Santa : Efesios 5, 25-27: como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada.
Católica : Mateo 18, 19: Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes …
Marcos 16, 15: Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación…
Y Apostólica. : Efesios 2,20-21: Edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular Cristo mismo, en quien toda edificación bien trabada se eleva hasta formar un templo santo en el Señor.
Confieso un solo bautismo para el perdón de los pecados. : Hechos 2, 38. Bautizaos en el nombre de Jesucristo para remisión de vuestros pecados.
1 Corintios 12, 13. Todos nosotros hemos sido bautizados en un solo Espíritu,para constituir un solo Cuerpo.
Espero la resurrección de los muertos : 1 Tesalonisenses 4, 14-16: Porque si creemos que Jesús murió y que resucitó, de la misma manera Dios llevará
consigo a quienes murieron en Jesús. Os decimos eso como Palabra del Señor: Nosotros, los que vivamos, los que quedemos hasta la Venida del Señor no nos adelantaremos a los que murieron. El Señor mismo, a la orden dada por la voz de un arcángel y por la trompeta de Dios, bajará del cielo, y los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar.
Y la vida del mundo futuro : 2 Pedro 3, 13: Pero esperamos, según nos lo tiene prometido, nuevos cielos y nueva tierra, en lo que habite la justicia.
Amén : Apocalipsis 3, 14: Así habla el Amén, el Testigo fiel y veraz, el Principio de la creación de Dios.
Isaías 65, 16: tal que, quien desee ser bendecido en la tierra, deseará serlo en el
Dios del Amén, y quien jurare en la tierra, jurará en el Dios del Amén.
Tras la homilía tiene lugar la oración de los fieles. Ésta mira a pedir por las diversas intenciones que están en el corazón de las diversas comunidades. Esta oración de los fieles, tiene lugar antes de la segunda parte de la Misa, que es la “liturgia eucarística”. La procesión de las ofrendas implica la participación de los fieles que ofrecen los dones del pan y del fino, así como otros dones por diversas necesidades. Estos actos se hacen como respuesta a la invitación de Cristo en Lc 9-13 “Y yo os digo: Pedid y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente?¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”. Otro pasaje útil al respecto es Ap 5,8: “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos”.
Liturgia del Sacrificio o Liturgia
En efecto, las ofrendas son no sólo fruto de la tierra y del trabajo de los hombres, sino también oración, y ofrenda que Cristo consagrará, como bien dice Ap 5,8.
A estos sentimientos bíblicos corresponde la procesión de las ofrendas y las oraciones que las acompañan:
El sacerdote se acerca al altar, tras recibir las ofrendas del pan y del vino, de manos de los fieles y dice:
“Bendito seas Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida”.
A estas palabras el pueblo responde (salvo cuando se entona algún canto): “Bendito seas por siempre Señor”.
“Bendito seas, Señor, Dios del universo por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación”.
También a estas palabras el pueblo responde (salvo cuando se entona algún canto): “Bendito seas por siempre Señor”.
Tobías 8,5: “Bendito seas tú, Dios de nuestros padres, y bendito sea tu Nombre por todos los siglos de los siglos! Bendígante los cielos, y tu creación entera, por los siglos todos”
Daniel 3,26: “Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres, digno de loor, y tu nombre sea glorificado eternamente”
Lc 22,19: “tomó pan, dio gracias…” .
Jn 6,11: “Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias…”. Jn 6,23: “Pero otras barcas habían arribado de Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber dado gracias el Señor”.
Jn 6,35: “Les dijo Jesús: Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed”.
Isaías 30,23: “Él dará lluvia a tu sementera con que hayas sembrado el suelo, y la tierra te producirá pan, fruto de la tierra, y será pingüe y sustancioso”.
Oseas 14,“8 Volverán a sentarse a mi sombra; harán crecer el trigo, florecerán como la vid, su renombre será como el del vino del Líbano”.
El sacerdote se lava las manos, mientras dice en voz baja: “Lava del todo mi delito limpia todo mi pecado”. Las palabras e remontan al Salmo 51,4: “Lávame a fondo de mi culpa,y de mi pecado purifícame”.
Acto seguido el sacerdote dice: “Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro sea agradable a Dios Padre todopoderoso”.
Oseas 14,2: “Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved a Dios, y decidle: Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios”.
Levítico 22,19: “Y cuando ofrezcáis sacrificio de acción de gracias a Dios, lo sacrificaréis de manera que sea aceptable”.
Efesios 5,2: “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante”.
Hebreos 13,15: “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre”.
El sacerdote pronuncia entonces una oración sobre las ofrendas, suelen ser diversas según las necesidades de tiempos y lugares. Dichas oraciones, suelen corresponder a los sentimientos bíblicos cuando se ofrecían sacrificios, de este modo, se ve con claridad cómo el Antiguo Testamento ha preparado al Nuevo; un ejemplo tomado de la liturgia cotidiana del tiempo ordinario: “Dígnate, Señor, aceptar esta ofrenda de tu pueblo; que ella nos santifique y nos alcance lo que ahora imploramos por tu misericordia, por Cristo, nuestro Señor”.
2Macabeos 1,26: “Acepta el sacrificio por todo tu pueblo Israel, guarda tu heredad y santifícala”.
1Tesalonicenses 5,23: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”.
1Timoteo 1,12: “Doy gracias a aquel que me revistió de fortaleza, a Cristo Jesús, Señor nuestro, que me consideró digno de confianza al colocarme en el ministerio”.
Prefacio (parte de la Misa que precede a la plegaria eucarística)
En el prefacio se recogen también diversas alusiones bíblicas. La primera parte, en que se alternan las palabras del sacerdote, es invariable; la segunda, reservada sólo al sacerdote, que ora con los brazos abiertos, varía según el período del año, festividades o circunstancias concretas.
El Señor Esté con vosotros
Y con tu espíritu.
Romanos 16,24 (Filipenses 4,26; Ap 22,21): “La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros”.
2Tim 4,22: “El Señor sea con tu espíritu. La gracia sea con vosotros”.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
1Pedro 3,4 “Que vuestro adorno no esté en el exterior, en peinados, joyas y modas, sino en lo oculto del corazón, en la incorruptibilidad de un alma dulce y serena: esto es precioso ante Dios”.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
1Tes 3,9-10: “Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a causa de vosotros delante de nuestro Dios, orando de noche y de día con gran insistencia, para que veamos vuestro rostro, y completemos lo que falte a vuestra fe?
2Tes 1,3: “Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás”.
Parte variable del prefacio. No se pueden recoger aquí todos los prefacios que se recitan en diversas ocasiones, se tomará sólo uno, para mostrar su relación con la Sagrada Escritura: Prefacio II de difuntos.
“En verdad es justo y necesario es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todo poderoso y eterno, por Cristo, señor nuestro.
1Tes 3,9-10: “Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a causa de vosotros delante de nuestro Dios, orando de noche y de día con gran insistencia, para que veamos vuestro rostro, y completemos lo que falte a vuestra fe?
2Tes 1,3: “Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás”.
Jn 17,11: “Padre Santo…”
Ap 4,8: “Santo, santo, santo es el Señor, Dios todopoderoso”.
Rm 16,26: “Pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe”.
1Tesalonicenses 5,23: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”.
Porque él aceptó la muerte, uno por todos,
Para libarnos del morir eterno; es más, quiso entregar su vida para que todos tuviéramos la vida eterna. Por eso, unidos a los coros angélicos te aclamamos llenos de alegría”…
Filipenses 2,8: “Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”.
Rm 5,8: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”.
1Jn 2,2: “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo”.
2Cor 5,14-15 “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos”.
Hebreos 2,11: Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos.
Tras el prefacio tiene lugar el canto del «Sanctus»: la triple repetición del adjetivo «santo» (en hebreo «qadosh») indica en el AT un superlativo; pone de relieve, en efecto, que no hay ser más grande, excelso y sobre todo «santo» que Dios. El que se trate de una triple repetición también prepara el camino para la revelación plena del Dios trinitario en el NT.
Sanctus
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios del universo. Llenos están los cielos y la Tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo :
Apocalipsis 4, 8: Los cuatro Vivientes…
repiten sin descanso día y noche:
«Santo, Santo, Santo, Señor,
Dios Todopoderoso… »
Isaías 6, 2-3: Unos serafines se
mantenían erguidos por encima de él… Y se
gritaban el uno al otro: «Santo, santo,
santo, Yahvé Sebaot: llena está toda la
tierra de su gloria.».
Mateo 21, 9: Y la gente que iba delante y
detrás de él gritaba: «¡Hosanna al
Hijo de David! ¡Bendito el que viene en
nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!» (La palabra «hosanna» es un una suplica en hebreo que significa «salva»,
Después del «Sanctus» sigue la plegaria eucarística. La liturgia católica prevé habitualmente al menos cuatro plegarias. Seguiremos la más frecuente hoy, que es la segunda.
Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad
Ap 15,4 ¿Quién no te temerá, OH Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.
Salmo 22,3: Pero tú eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
Is 57,15: Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.
«Epíclesis»: es la invocación al Espíritu Santo para que descienda sobre las ofrendas y que por su poder al lado del de las otras dos divinas personas, los dones que se han presentado a Dios queden santificados.
Por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu:
1Cor 6,11: Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados,ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
1Jn 4,13 En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.
De manera que sean para nosotros cuerpo y sangre de Jesucristo nuestro Señor
Jn 6,63: El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
El cual, cuando iba a ser entregado a su pasión, voluntariamente aceptada,
Jn 10,17-18: «Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para tomarla de nuevo.
Nadie me la quita, sino que yo la doy de mí mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Tal es el mandamiento que del Padre he recibido».
tomó pan, dándote gracias lo partió
y lo dio a sus discípulos diciendo
1Cor 11,23: Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; habiendo dado gracias, lo partió, y dijo
Consagración
Tomad y comed todos de él, porque éste es mi cuerpo que será entregado por vosotros.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos diciendo
Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alizna nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.
1Cor 11,24-25: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
Mt 26,26-28: Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.
Mc 14,22-24 Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo.
Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos. Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada.
Lc 19,19-29 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
Después de la consagración el sacerdote proclama que la Eucaristía es un misterio o sacramento de fe:
Éste es el sacramento de nuestra fe
Estas palabras se remontan al espíritu de Jn 6, en que Cristo insiste en «creer» que su carne es verdadera comida y su sangre es verdadera bebida.
Jn 6,34-36: Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis.
Jn 6,40-41: Y ésta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo.
Jn 6,47-51: De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Éste es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
A las palabras del sacerdote, el pueblo responde:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven, Señor Jesús
1Cor 11, 26: Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, anunciáis la muerte del Señor hasta que él venga.
1Cor 15,11-12 Porque o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído. Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?
Ap 22,20 El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.
El sacerdote continúa con la parte final de la plegaria eucarística con los brazos extendidos:
Así, pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación
y te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.
Rm 8,15: «Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!»
1Cor 11,24: haced esto en memoria de mí.
1Cor 11, 26: Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, anunciáis la muerte del Señor hasta que él venga.
Ef 1,3-6: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia…
Te pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos del cuerpo y sangre de Cristo.
Ef 2,13-18: «Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra
Y con el Papa, con nuestro obispo, llévala a su perfección por la caridad.
Rm 9,15: «Porque la Escritura dice al Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra».
Hechos 17,26: «Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación».
Judas 20-21 «Pero vosotros, queridos, edificándoos sobre vuestra santísima fe y orando en el Espíritu Santo,
manteneos en la caridad de Dios, aguardando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna».
Hebreos 10,23-25: Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la Promesa. Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras, sin abandonar vuestra propia asamblea, como algunos acostumbran hacerlo, antes bien, animándoos: tanto más, cuanto que veis que se acerca ya el día.
Acuérdate también de nuestros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección
y de todos los que han muerto en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Hechos 23,6 «por esperar la resurrección de los muertos se me juzga».
Judas 21: «manteneos en la caridad de Dios, aguardando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna».
Judas 24: Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría,
1Pedro 1,3-5: «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo quien, por su gran misericordia, mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva. a una herencia incorruptible, inmaculada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, a quienes el poder de Dios, por medio de la fe, protege para la salvación, dispuesta ya a ser revelada en el último momento».
Ten misericordia de todos nosotros,
Lc 17,13 y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!
…y así con María, la Virgen, Madre de Dios,los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos merezcamos por tu Hijo Jesucristo,compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas.
Rm 6,23: Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Ap 5,8-13: Cuando lo tomó, los cuatro Vivientes y los veinticuatro Ancianos se postraron delante del Cordero. Tenía cada uno una cítara y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos. Y cantan un cántico nuevo diciendo: «Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos porque fuiste degollado y compraste para Dios con tu sangre hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un Reino de Sacerdotes, y reinan sobre la tierra».
Y en la visión oí la voz de una multitud de Angeles alrededor del trono, de los Vivientes y de los Ancianos. Su número era miríadas de miríadas y millares de millares, y decían con fuerte voz: «Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza». Y toda criatura, del cielo, de la tierra, de debajo de la tierra y del mar, y todo lo que hay en ellos, oí que respondían: «Al que está sentado en el trono y al Cordero, alabanza, honor, gloria y potencia por los siglos de los siglos». Y los cuatro Vivientes decían: «Amén»; y los Ancianos se postraron para adorar.
Terminamos las Oraciones Bíblicas con una alabanza Bíblica:
El sacerdote toma el cuerpo y la sangre de Cristo y se dirige al Padre con una;
Doxología (alabanza)
Por Cristo, con Él y en Él, a Ti Dios Padre Omnipotente, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Romanos 11, 36: Por que de Él y por Él, y para Él son todas las cosas. A Él la gloria por los siglos. Amén.)
Ap 5,13: «Al que está sentado en el trono y al Cordero, alabanza, honor, gloria y potencia por los siglos de los siglos». Y los cuatro Vivientes decían: «Amén»; y los Ancianos se postraron para adorar.
Para acercarnos a la Comunión, también nos preparamos usando la Biblia:
La Comunión
Pater noster (Padre Nuestro)
Padre nuestro, que estás en los cielos. Santificado sea el tu nombre.
Venga a nos el tu reino. Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así
como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la
tentación.: Mateo 6, 9-13: Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los
cielos, santificado sea tu Nombre;venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.
Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal.
Agnus Dei
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo ¡ten misericordia de nosotros! Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo ¡ten misericordia de nosotros!Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo ¡danos la paz! :
Juan 1, 29: Al día siguiente ve a Jesús venir hacia él y dice: He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Mateo 9, 27: ¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!)
Ósculo de la paz
Señor Jesucristo, que dijiste a tus Apóstoles: Mi paz os dejo, mi paz os doy ;
Juan 14, 27: Mi paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo.
Comunión
Ved aquí el Cordero de Dios, ved aquí al que quita los pecados del mundo :
Juan 1, 29: Al día siguiente ve a Jesús venir hacia él y dice: He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Los fieles responden con la Biblia:
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, mas una palabra tuya, bastará para sanarme. :
Mateo, 8, 8: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa. Di una sola palabra y mi siervo quedará sano.
Finalizamos la Misa…¡CON LA BIBLIA!!!
Despedida
Podéis ir en paz : Juan 20, 29: Jesús en medio de ellos y les dijo: La paz con vosotros.
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