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10 mandamientos, lo opuesto al pecado
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10 mandamientos, lo opuesto al pecado

«Procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en los cielos» (Mt. 5, 16).

En el sermón de la montaña Jesús nos enseña sobre la ley (Mt. 5, 17 – 20).

“Si de verdad me aman cumplan mis mandamientos” (Jn. 14, 15) Si quieres alcanzar la vida eterna, cumple los mandamientos” (Mt. 19, 17).

“Todo lo que le pidan a mi padre en mi nombre se les concederá” (Jn 14, 13 – 14).

I Amarás a Dios sobre todas las cosas

Lo que atenta contra este mandamiento: Sincretismo, espiritismo, santerismo, esoterismo, gnosticismo. (Lev. 20, 6; 19, 26) (Deut. 4, 15 – 20; 18, 10 -12).

Dios nos pide no tener otros dioses (dinero, placer, poder) (Deut. 4, 15 -19; 5, 7; 18, 10 – 14) (Lev. 19, 26 – 31).

Dios nos habla sobre las imágenes (dulía, latría, hiperdulía) (Ex. 20, 4 – 6).

Jesús enseña el mayor de los mandamientos (Lc 10, 27 – 37).

Jesús nos enseña lo que cuesta seguirlo ((Lc. 14, 25 – 33) (Deuter. 13, 6 -8).

Confianza solo en Dios (Jr. 17, 5) (Sal. 37, 4) (Jn. 17, 15 -19) (Lc. 9, 25).

Amor

II No jurarás el nombre de Dios en vano

Dios nos habla sobre el respeto que le debemos (Deut. 5, 11).

En el sermón de la montaña Jesús nos enseña sobre los juramentos (Mt. 5, 33 – 37).

Respeto

III Santificarás las fiestas

Jesús nos enseña sobre la gratitud (1 Cor. 4, 7).

Jesús nos enseña sobre la oración (1 Tes. 5, 17 – 18).

Jesús nos enseña que todo lo que poseemos lo recibimos de Dios (1 Cor. 4, 7).

Responsabilidad

IV Honrarás a tu padre y a tu madre

Jesús nos habla de la vida familiar: hijos (Efe. 6, 1 – 3), Papás (Efes. 6, 4), esposos (Efes. 5, 21 – 32).

Jesús nos habla de los deberes de los padres y de los hijos (Col. 3, 18 – 21).

Gratitud

V No matarás

Dios nos habla del respeto a la vida (Gn. 4, 10).

Homicidio, infanticidio, fratricidio, parricidio, aborto, eutanasia, guerra, drogadicción, secuestro, alcoholismo, terrorismo.

Dios nos habla de leyes de santidad y justicia (Lev. 19, 16 – 17) prudencia y discreción. La lengua (Sir. 28, 13 – 26; 19, 4 -7) Difamar y calumniar.

En el sermón de la montaña Jesús nos enseña sobre el enojo (Mt. 5, 21 – 26) (Lc. 12, 57 -59).

En el sermón de la montaña Jesús nos enseña sobre la venganza (Mt. 5, 43 – 48) (Lc. 6, 29 – 30).

Honradez y verdad

VI No Harás mal uso de tu cuerpo ni el de los demás

Lo que atenta contra este mandamiento: (perversiones o desviaciones sexuales, trastornos) Exhibicionismo, fetichismo, froteurismo, paidofilia (pedofilia) masoquismo, sadismo, trasvestismo, homosexualismo, lesbianismo, voyeurismo, escatología tel., coprofilia, necrofilia, zoofilia, onanismo (masturbación), androfobia, incesto, swingers, etc.

Dios nos habla sobre las relaciones sexuales prohibidas (Lev. 18, 1 – 23).

Tatuajes (Lev. 19, 26- 31). Pasiones vergonzosas y perversión Rom. 1, 18 – 32.

Jesús nos habla de los deseos humanos (Gal. 5, 19 – 26) y valores humanos. Jesús nos habla sobre la santidad del cuerpo (1 Cor. 6, 13- 20).

Pudor y dignidad

VII No robarás

Lo que atenta contra este mandamiento.

Dios nos habla en el A. T. sobre la deshonestidad (Dt. 24, 10 – 11).

Dios nos habla en el A. T. Sobre la honradez y la verdad (Lev. 19, 11).

Dios nos habla en el A. T. Sobre la usura (Ezeq 18, 13).

Dios nos habla en el A. T. Sobre leyes varias (Dt. 24, 14- 15).

Dios hace una advertencia a los ricos (St. 5, 4).

Jesús nos enseña sobre actos inmorales (1 Cor. 6, 10).

Honradez

VIII No mentiras, ni difamarás a tu prójimo

Dios nos habla en el A. T. Sobre la prudencia y discreción (Lev. 19, 16).

Jesús nos enseña el amor al prójimo (Mt. 22, 39).

Jesús nos enseña a no juzgar (Lc. 6, 37- 38) (Rom. 14, 10 – 12).

Jesús nos habla sobre la mentira (Jn. 8, 44 – 47) (Rom. 14, 13).

Verdad y respeto

IX No desearás la mujer de tu prójimo

En el sermón de la montaña Jesús nos enseña sobre el adulterio (Mt. 5, 27 – 30).

Concupiscencia, lujuria (pasiones) / templanza.

En el sermón de la montaña Jesús nos enseña sobre el divorcio (Mt. 5, 31 – 32) (Mt. 19, 9) (Mr. 10, 11 – 12) (Lc. 16. 18).

Moderación y continencia (evitar excesos)

X No desearás las cosas ajenas

Dios en el A. T. Nos habla de la codicia (Ex. 20, 17).

Dios en el A. T. Nos habla sobre el despojo (Lev. 19, 13).

Dios nos habla en el A. T. Sobre la codicia y la envidia (2 Sam. 12, 1 – 4).

Dios nos habla en el A. T. Del error de los malos (Sb. 2, 24).

Dios nos habla a través del profeta, sobre los opresores (Mi. 2, 1- 2).

Jesús nos enseña sobre el mundo (1 J. 2, 16).

Desprendimiento

Bondad

La regla de oro (Mt. 7, 1-5, 7 – 12) (Lc. 6, 37 – 38, 41 – 42).

Para ser amados, primero hay que amar a los demás. Para ser comprendidos hay que comprender, para ser escuchados, primero tenemos que aprender a escuchar (y no solo oír). Hay que dar amor para vencer el odio. Al egoísmo, la soberbia y la envidia los hemos disfrazado de falsa autoestima (extrema) y hemos inculcado que:  «No debemos hacer a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros». No hay que dar para recibir, pero al dar ser recibe. Hay que ayudar, estimular y respetar; hay que tratar a los demás (en el sentido positivo) como queremos y necesitamos que los demás nos traten a nosotros. Es necesario dar a los demás lo que queremos recibir

En el sermón de la montaña Jesús nos dice que: El árbol se conoce por su fruto (Mt. 7 15 – 20) (Lc 6, 43 – 44).

No todos entrarán en el Reino de Dios (Mc 7, 21 – 23) (Lc. 13, 25 – 27).

El pecado que está en mí (Rom. 7, 19).

Ayudarnos unos a otros (no juzgar ni condenar) (Gál. 6, 1).

Jesús hizo una síntesis moral en el Sermón de la Montaña, debemos aceptar que no es nada fácil llevarla a la práctica, por eso muchas veces se evade o se finge ignorancia, o se acomodan los mandamientos a conveniencia personal; Pero Dios nos proporciona los medios que nos dan la fuerza, la energía y la vitalidad no solo material o física sino sobre todo espiritual para el pleno cumplimiento de las reglas que todos y cada uno debemos seguir para hacer el bien y evitar el mal (la moral es la ciencia que regula y modera la conducta y el modo  de vivir) en disposición (= muerte / vida) a alcanzar todo ser humano la salvación y la vida eterna. Esos medios que Dios nos pone a nuestro alcance son los sacramentos.

Lo que vivimos hoy en día no es más que la consecuencia de lo que nos dice Alexandr Solyenitzin «Porque los hombres nos hemos olvidado de Dios».

Meditemos sobre las bendiciones que trae consigo la obediencia a los mandamientos (Lev. 26, 1 – 13) y las advertencias y las consecuencias a la desobediencia a los mandamientos (Lev. 26, 14 43), pero también hablemos de la Misericordia de Dios ante el arrepentimiento y la conversión (Lev. 26, 44 -46).

Es necesario reflexionar sobre la máxima de Carl Caleb Colton: «Los hombres reñirán, escribirán, lucharán, morirán por la religión; todo excepto vivirla». Lo importante es no solo quedarse y conformarse con la adoctrinación (la preparación para recibir los sacramentos de iniciación cristiana), sino conocer al mensajero, al enviado y su mensaje (kerigma), la buena noticia (Evangelio) y con pleno conocimiento y convicción (a través de una auténtica evangelización) luchar por lograr el arrepentimiento, el cambio y la conversión personal (metanoia) y así poder ser auténtico testimonio vivo, y vivir auténticamente la religión del amor, del perdón, de la misericordia, de la reconciliación y de la paz. Y con estos objetivos y plan de trabajo personal comenzar a trabajar en nuestra iglesia doméstica y después en los ambientes externos. Yo los invito a salir de escepticismo, de la apatía y de la indiferencia moral y religiosa de nuestros tiempos.

“Grábate en la mente todas las cosas que hoy te he dicho y enséñaselas continuamente a tus hijos; háblales de ellas, tanto en casa como en el camino, y cuando te acuestes y te levantes”.

Lleva estos mandamientos en tu mano y en tu frente como señales y escríbelos en los postes y en las puertas de tu casa” (Deuter. 6, 6 – 9).

“Pero si una persona obedece toda la ley, pero falla en un solo mandato, resulta culpable frente a todos los mandatos de la ley (Sgto. 2, 10).

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