«Estamos llamados a ser parte de la cultura de la paz», expresó el Padre Rector en Caacupé

El Pbro. Dr. Narciso Velázquez, rector de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, tuvo a su cargo la predicación en la misa vespertina del cuarto día del novenario en honor a la Virgen de los Milagros de Caacupé.

La celebración de la ceremonia religiosa por parte del padre rector coincidió con el inicio del adviento, y en ese sentido reflexionó sobre este acontecimiento, «adviento que lo conocemos como tiempo de espera, la espera es una actitud eminentemente humana, todos esperamos algo, esperamos alguna persona, algún acontecimiento, (…) esperamos que las cosas mejoren, esperamos una situación distinta de aquello que estamos viviendo, y eso es parte de nuestro ser humano».

«La persona que tiene fe no solo espera porque tiene que suceder alguna cosa, sino que espera porque cree en Dios, y sabe que Dios existe y sabe que Dios está presente, y dentro de esa espera, la espera en Dios se convierte en esperanza», expresó.

Así mismo, invitó a los fieles presentes a reflexionar “estamos llamados a ser parte de la cultura de la paz, la cultura de la solidaridad, del perdón, y de la cultura del buscar el bien para todos, que no es otra cosa que la cultura de salir al encuentro sobre todo del más vulnerable, del más necesitado”.

“A ejemplo de la Virgen María, podemos ser agentes formadores y vigilantes,  que tenemos la vista abierta y el oído abierto para detectar los males que afectan al país y luchar por cambiarlas”, sentenció.

Durante la prédica expresó que todos podemos ser agentes transformadores para conseguir que el país que merecemos sea posible, “no podemos permitir en este Paraguay maravilloso que tenemos que sigan saliendo tantas informaciones negativas. Este Paraguay que Dios bendice con tantas riquezas, riqueza de la tierra, riqueza del agua, riqueza de una juventud fulgurante que tenemos”, reflexionó.

Y para finalizar, pidió la intercesión de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé para iluminar la mente de los gobernantes de este país, y haga que ellos también se dejen inspirar por la palabra de Dios y dejen de lado los intereses mezquinos.